¡30 años de Ascofade!

Gracias a la invitación de Cecilia Dimaté, decana de la Facultad de Educación de la Universidad Externado de Colombia y actual presidenta de la Asociación de Facultades de Educación, Ascofade, estuvimos celebrando ayer sus 30 años de existencia.

Fue muy grato reencontrarse con colegas y amigos después de estos años en los que he estado alejado del mundo de la educación. Como recordé en unas breves palabras antes del brindis, mi paso por la Asociación fue tan fugaz como decisivo para ayudarle en su organización interna.

En los claustros externadistas y con ocasión del surgimiento de las leyes 30 y 115, la primera para la educación superior y la segunda, general de educación, se reunieron una veintena de decanos de facultades de educación para dar origen a la Asociación. Era importante no ser espectadores pasivos ante tamaños cambios, había que hacer aportes y pronunciarse. Un gremio siempre genera la convicción de que juntos nos va mejor que cada uno por su lado, se puede soñar y construir juntos, y también sentirse protegidos y respaldados.

Después del entusiasmo fundacional de esos primeros años, es normal que puedan darse otros de rutina y desgaste, un letargo probable cuando no hay manifiestos motivos o causas que con pasión motiven o animen propósitos y luchas concretas. La participación y el compromiso pueden verse menguados por la inercia del discurso reiterativo que no se traduce en acciones. En ese sentido mi elección como presidente me tomó por sorpresa pues apenas llevaba un año en la decanatura de la Javeriana. Además, suceder a Rafael Rodríguez de la Universidad Libre, exrector de la Pedagógica y la Distrital, era todo un reto.

La Ascofade que recibí no tenía sede, ni equipo de trabajo básico, ni archivos, pero sí tareas pendientes que con la contabilidad y la revisoria fiscal había que poner al día. La sede era la sede del decano presidente. La correspondencia, notificaciones oficiales, invitaciones, contacto telefónico o tener un punto de encuentro y referencia nacional, se desplazaban de un lugar a otro. Una caja de cartón con algunas carpetas era todo su archivo. De modo que poder tener ya una secretaria estable fue la primera conquista de esa gestion. Por suerte se tenia una Junta que apoyaba, de modo que en la Asamblea Extraordinaria que tuvo que realizarse por mi cambio de misión, se logró dejar aprobados tanto la consecución de una sede como el nombramiento de una dirección ejecutiva. Decisiones clave que asumiría mi sucesor y que le darían un vuelco a la vida de la Asociación, como efectivamente ocurrió.

La Asociación cuenta con 94 miembros distribuidos en 7 capítulos regionales y aunque algunos pocos desisten, hay solicitudes de nuevos miembros. La rendición de cuentas que nos presentaron ayer fue realmente consoladora y motivo de orgullo para sus asociados. La Asociación se mueve, es visible en los medios, su web es muy visitada, se pronuncia, realiza foros y cumbres, tiene grupos de trabajo e investigación, publica el resultado de sus esfuerzos, ha enviado aportes al Congreso donde se debate la ley estatutaria de educación, tiene relaciones fluidas con el Ministerio de Educación, hay entusiasmo, hay vida.  ¡Felicitaciones!

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