Retos para maestros en tiempos de ChatGPT
¿Cómo ser maestros en un contexto donde una tecnología redacta ensayos?, ¿cómo generar procesos de evaluación cuando el ChatGPT podría responder fácilmente?, ¿la Inteligencia Artificial va a reemplazar a los docentes? En términos generales, a quienes son repetidores sí les va a reemplazar, pero al docente en su contexto integral no le reemplazará. Pero más allá de esto, hay muchos otros aspectos por resolver en relación al uso y aplicación de la Inteligencia Artificial en el trabajo docente, y de esto se habló en la 2da Cumbre de Facultades de Educación, organizada por la Asociación Colombiana de Facultades de Educación, Ascofade, entidad que reunió precisamente a quienes forman a docentes del país.
Durante la cumbre se realizó un panel enfocado en la relación de la Inteligencia Artificial y la formación docente, el cual fue moderado por Wilson Bolívar Buriticá, Decano Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia y contó con la participación de investigadores con temas relacionados a la tecnología de diferentes instituciones, como lo son Andrés Mena, docente e investigador de la Universidad Cooperativa de Colombia; Boris Sánchez, docente de la Universidad ICESI; Miller Antonio Pérez Lasprilla, Decano Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de San Buenaventura y Ruth Molina Vásquez, docente de la Universidad Distrital.
Desde su rol como docentes insistieron en la necesidad de desarrollar temáticas y habilidades en torno a la creatividad, la comunicación, el pensamiento cuantitativo y lógico, precisamente para que las tecnologías sirvan al propósito de hacernos más humanos.
“Se piensa que acceder a información es acceder a conocimiento y no es cierto. No sucede con las bibliotecas, tampoco sucede con esto. La Inteligencia Artificial, ChatGPT no va a reemplazar maestros, una tecnología de este tipo no alcanza a generar pensamiento crítico, discusión, etc., pero sí reemplazará ciertas tareas instrumentales”, señaló Andrés Mena.
Por otro lado, Ruth Molina comentó que “el camino no es prohibir, es adoptar y aprender a utilizar, todo esto acompañado por un proceso ético”. Que además llamó la atención sobre cómo se están usando estas tecnologías, precisamente desde solo un uso instrumental, y que el reto está hacia el uso crítico. En el caso específico de ChatGPT vienen elementos como la verificación de datos o el análisis de la atribución, o la formulación de preguntas para construir conceptos complejos. De hecho, algo que se ha evidenciado frecuentemente es lo problemático que es, para algunos usuarios, la formulación de las preguntas para la Inteligencia Artificial.
Sobre las iniciativas recientes de poner una pausa a la Inteligencia Artificial, el profesor Andrés consideró que tal cosa no es posible. Pero, que lo que sí se debe hacer es pensar en el control y en el buen uso que se pueda hacer con estos desarrollos tecnológicos.
Por otro lado se llamó la atención sobre las diferencias entre la interacción y la interactividad. En el caso de la segunda, esta se programa, pero en el caso de la primera es ahí donde el maestro sigue siendo relevante.
“Las inteligencias artificiales son supremamente eficientes. Se tienen que generar procesos y tareas enfocados en lo socioemocional, el pensamiento crítica, pero además la evaluación tiene que cambiar, no puede ser cuantitativa”, agregó Boris Sánchez.
Desafíos para tener en cuenta:
Si bien la mesa coincidió con la necesidad de aprender a usar las tecnologías, no solo desde una postura crítica, sino desde una actitud, desde una acción crítica, así como de la necesidad de hacer un debate de lo que implican estas tecnologías para el sistema educativo, cómo usarlas y qué tipo de acuerdos hacer, en los que participen docentes y no solo les digan qué hacer, también señaló desafíos concretos dentro del ámbito educativo.
Adicionalmente se presentaron los siguientes retos:
- Pensar en cómo se está enseñando más que el qué se está enseñando.
- Tener presente los cambios de dinámicas y cómo afrontar estos procesos.
- Las repercusiones éticas, además de la autoría básica, de qué es autor o no ChatGPT, la necesidad de hacer referencias y de respetar la creación y la propiedad intelectual, a lo que se suma el qué hacen los estudiantes, qué redactan ellos y cómo hacen el trabajo de atribución.
- Sobre el plagio: Se trata de una decisión, con o sin Inteligencia Artificial ¿Qué van a hacer los estudiantes? ¿Será que alguien que no ha plagiado va a decidir usar ChatGPT? Seguramente no, si ya decidió no hacerlo.
- Para instituciones educativas, el reto con el uso de los datos. ¿Hasta qué punto pueden usarlos? ¿Cuál es el límite del perfilamiento?
Finalmente, reiteraron que la tecnología no es neutral y por ende hay una responsabilidad enorme de fortalecer esa capacidad crítica de los estudiantes, diferente a la actitud crítica y en ese sentido fomentarles a tomar acciones críticas en el uso de esta y otras tecnologías, como la mencionada atribución o la verificación de información.
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